En esta oportunidad, compartimos con ustedes un día de pesca en el Arroyo Del Desecho de Malargüe, curso de agua afluente del Río Salado, muy conocido y querido por la comunidad de pesca con mosca de Mendoza. Incluso hay pescadores que afirman haber pescado la trucha de sus vidas en este arroyo de la cordillera.
A medida que pasan los días, vamos dejando atrás el calor del verano y con ello ya se ha terminado las reservas de nieve y hielo, por lo que los ríos y arroyos de montaña van fluyendo con menor caudal y mayor claridad. Así también las temperaturas son más amigables con nosotros, el calor no nos agobia y el sol deja de ser una tortura que nos cuece vivos.
El arroyo nos recibiò de la mejor manera, con el agua justa y transparente, casi como si se tratara de un curso de agua patagónico. Pero no todo era perfecto, el viento era intenso e incluso marcó la jornada de pesca durante toda la mañana siendo muy molesto para poder castear.
Luego de un rápido relevamiento entomológico, que arrojó una abundante población de efemerópteros, y no habiendo actividad de insectos en el aire, decimos comenzar con técnicas de pesca con ninfas en suspensión, con indicadores tipo «new zealand» y Thingamabobber, con moscas como son la massarta y una variante de la pheasant tail nymph.
Se dieron algunas capturas de trucha arcoiris pero fueron muy pocas, incluso el agua se encontraba muy fría para la época. Cerca del mediodía, después de haber notado algunos «rise» cambiamos la configuración de nuestros equipos, alargamos el tippet y empezamos a pescar con mosca seca, en particular las moscas que más rindieron fueron la royal wulff y la adams parachute.
A esta altura del día el viento por suerte había dejado de soplar, y la pesca había mejorado notablemente, podíamos castear sin problemas y las capturas habían aumentado considerablemente en cantidad, no así en calidad.
No hubo capturas de esas truchas grandes como habíamos escuchado de otros pescadores, los ríos y arroyos han cambiado mucho en los últimos tiempos, en lugares donde antes pescaban hasta cansarse hoy en día hay que tener suerte a veces hasta para pescar una pequeña trucha, en otros casos (tal vez los menos) lugares que eran conocidos por su pobre pesca, pasa lo contrario.
Cerca de las 16 horas, el viento volvió a hacer acto de presencia hostigándonos e invitándonos a retirarnos de la cordillera, se dice que la naturaleza es sabia y nosotros no somos nadie para cuestionarla, por lo que emprendimos cantando bajito el regreso a la comodidad del auto y a preparar unos mates para volver a casa, cansados pero con la sensación de que el día fue espectacular, podríamos haber estado trabajando…
A continuación un breve video de la jornada de pesca.